Actualmente vivimos en tiempos difíciles, momentos de inquietud, inestabilidad y miedo. El mundo está en llamas y pareciera que no hay extintor ni agua para apagar ese fuego que se extiende sobre todos los seres, impactando sus fibras más débiles y con ello sus emociones.
La economía mundial está cayendo, civilizaciones desapareciendo y una enfermedad que durante un año pareciera el mayor enemigo de la humanidad, ha venido a recordarnos una de las grandes enseñanzas del Budismo TODO ES IMPERMANENTE. Entonces...¿Qué hacer? ¿Cómo actuar? ¿A dónde ir?
Desde la perspectiva del budismo y la enseñanza del Sutta Satipatthana, comúnmente conocido como "Atención Consciente o Mindfulness" nos reitera que la respuesta está en poder mantenernos en el momento presente y aunque esto pareciera fácil la práctica de Atención Consciente nos invita a ir más allá del solo estar de una manera pasiva, nos alude a un estado de consciencia en dónde no rechazamos y tampoco nos aferramos a los eventos en nuestro entorno y mente.
El termino Atención Consciente es uno de los siete factores de la iluminación y asimismo es una de las cinco facultades de una mente iluminada. Este Sutra nos sugiere un sendero directo para superar el sufrimiento y los lamentos. Por lo tanto el camino o el resultado de esta practica sugiere ser consciente de nuestras emociones y pensamientos, reconocer nuestras frustraciones y miedos ingiere tener el valor de verlas sin rechazo, sin miedos o apegos, de tal forma que podamos cultivar otro factor de la mete iluminada que en el budismo se denomina Karua o compasión universal.
Para poder cultivar compasión por otros, tenemos que practicar de manera fuerte la compasión por nosotros mismos. Cuando cultivamos compasión nuestra reacción hacia el dolor puede cambiar. En lugar de estar constantemente a la defensiva y esconderse de él, el corazón se abre y nos permitimos sentir ese dolor. Sentir nuestro dolor nos suavizará, purificará y nos hará mucho más amorosos y amables.
Esto no es un ejercicio fácil pero el budismo nos proporciona las herramientas de meditación necesarias para esta práctica. Entre ellas un método de meditación llamado; TONGLEN, término del budismo tibetano que se traduce en “dar y tomar”.
En esta práctica no buscamos el placer de los sentidos, aunque los tendrás. Tonglen te ayuda a enfrentar de manera directa el sufrimiento, tanto al propio como el de los demás, y hace a través de inhalaciones y exhalaciones, expandir nuestra conexión con todos los seres y el entorno. De esta manera, el tonglen nos invita a inhalar el dolor del otro (para que éste pueda tener más espacio y descansar) y a exhalar para enviar toda la calma que se pueda necesitar en estos momentos. Un proceso mental que es especialmente relevante en la situación de crisis actual.
Por Paola Castillo.
Colaboradora en Shala prema.
